sábado, 12 de marzo de 2011

La casa del árbol

¡Lo que hubiese dado de pequeña (y ahora también) por tener una casa en un árbol! En mi infancia, junto a mi hermana pequeña y mis primos, nos pasábamos la vida trepando a los árboles y por supuesto teníamos uno favorito, que era El Árbol, con mayúsculas. Si quedábamos en EL Árbol, no había duda a cual nos referíamos. Servía para todo. Incluso fue nuestra particular nave espacial de "Perdidos en el espacio" jaja. Ni que decir tiene que no teníamos nada que se pareciese ni de lejos a la foto que os traigo hoy. Un par de neumáticos, unos cojines viejos, cuatro cuerdas y un par de tablas podían servir para todo. No teníamos casa pero si una imaginación portentosa. Ahora que lo pienso, quizás nos vino mejor no tener casa para poder invertar mil y un historias... El que no se consuela es porque no quiere... :D

2 comentarios:

  1. Se queda uno mirando la foto y la verdad es que apetece hasta vivir ahí. El lugar perfecto para leer un libro o echarse una siesta. :)

    Yo no tuve árbol donde encaramarme pero sí tejado de trastero cubierto de hiedra y enredaderas que formaron una cueva vegetal. Aquello era EL ESCONDITE y molaba trillones. ¡Qué tiempos! :D

    ResponderEliminar
  2. Esto me recuerda a mi vecino. Tiene un jardín enorme y una casa en un árbol. Voy a ver si desde el ático puedo hacer una foto, es una pasada! Nosotros tenemos un peral pero me da a mí que es demasiado endeble para aguantar una casita... de todas maneras se intentará :)

    ResponderEliminar

Dinos que opinas. Las ideas de los demás nos enriquecen a todos