lunes, 27 de diciembre de 2010

Paris

Hoy estamos en París. Al menos yo quiero imaginar que es así. La mañana es fría, muy fría. La gran puerta del impresionante portal de esta antigua y elegante casa no es  si no un anticipo a todo lo que nos espera tras ella. Casi como el precioso papel que envuelve el regalo. Pero no hay otro remedio: hay que quitarlo para ver lo que hay dentro pero ¡es tan bonito! Esta puerta ya es de por si un tesoro y como tal no está desprotegido. Madame la concierge puede salir de cualquier rincón, no os descuidéis. ¿Será como la de La elegancia del erizo...?

1 comentario:

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